Me encantan las cartas y a estas las escribo para mis amigas. Espero que de paso las lea alguien más. No son «newsletters» sino algo así como «old-letters». Si quieres recibirlas, puedes ir aquí.
Retratos posibles o la utopía de la foto perfecta
Querida Anna
Vengo de caminar por Girona. Me inspira la ciudad. Esta que hemos elegido para pasar la adolescencia de mi familia y donde yo puedo estar semanas sin salir de sus límites porque no me aburro nunca.
Hoy he mirado los rincones con otros ojos. Hemos quedado contigo para una sesión de fotos donde la novedad es que yo seré el sujeto, la sujeta, e intento imaginar el escenario más afín.
Las imágenes tienen la intención de ilustrarme como profesional y la pregunta es la misma de siempre pero con otra excusa.
¿Quién soy? ¿Qué parte de mí quiero mostrar? ¿Qué capa? ¿Qué personaje?
No necesitaría ir al exterior. Lo lógico sería aparecer tras mi ordenador con manzanita (soy hipster natural dicen mis hij@s). Unos cuantos objetos significativos y armónicos. Mi paleta de colores corporativa.
Me dedico a ayudar con la tecnología. Desenfadada, con una sonrisa. Tengo buen rollo y mucha paciencia.
Uso unas gafas de 5 euros que compro por cantidades y voy dejando en sitios estratégicos. No las tengo asumidas aunque me sean imprescindibles para leer la carta en un restaurante, si no las llevo en el bolso tengo que pedir que me digan el menú en voz alta. ¿Me las pongo para la foto?
Intelectual y confiable. Madura y a la vez moderna.
Salgo de casa y empiezo el tour.
Los puentes de la ciudad son de postal. Las callecitas estrechas, de película. Las escaleras de la catedral, de serie. Una temporada de Juego de Tronos se rodó en ese y otros puntos clave que guías especializados desvelan a los fans. En Chef’s Table Jordi Roca asegura que es la mejor ciudad del mundo para vivir. Sus famosos helados calientes o con forma de nariz sirven sobre todo para hacer la foto de instagram antes de que se derritan.
Pasaba por aquí, y así, espontáneamente apareció este paisaje de fondo. Un poco desenfocado para que se vea que aún la protagonista soy yo. Cosmopolita. Urbanita. Turista a gusto.
Andando un poco más aparece esa combinación única de muralla semiderruida, árboles, musgo, sombras, piedra, monumentos, bancos para sentarse a leer con vistas panorámicas.
Atmósfera histórica y romántica. Mirada soñadora y un libro entre las manos. Soy sencilla y concentrada. Puedes confiar en mi eficiencia.
Siguiendo la ruta verde, a los pocos minutos estamos en el valle. Corre el hilo de un arroyo al fondo, el silencio y la penumbra dejan la ciudad muy lejos aunque se sepa tan cercana.
Un atuendo como de treking, unos pelos cuidadosamente fuera de lugar, mejillas arreboladas. Soy activa, incansable, amante de la naturaleza. Te sentirás a gusto con mis consejos.
Saliendo del bosque, volvemos al Barri Vell por el otro lado. Bares abiertos por todas partes, la temperatura es estupenda, hay gente y mesas en las terrazas.
Una copa en la mano, las luces encendidas. Soy interesante, entretenida, me doy espacio para el relax.
Si trabajas conmigo también podrás disfrutar de calma y tiempo libre.
Vuelvo a casa. Cierro la puerta. Subo a darme una ducha.
Tras las capas y los personajes, miro esta que soy yo cuando nadie más me ve.
Querida Anna, lo siento. Sigo sin tener la menor idea de cómo sería un retrato que me retrate.
La profesional eres tú, ¿Qué me dices?
Un abrazo
Andrea
¡Ay Andrea!
Me maravilla tu creatividad tejiendo palabras, tu arte en comunicar de forma auténtica y divertida, directa. Me apuntaría a recibir tus mails en versión audio-carta para no perderme tu acento argentino que tanto me gusta.
Anna Bordonada Álvarez es una artista multidisciplinar que ha unido la danza a su viaje particular.
Además de explorar el movimiento a través de la fotografía, la escultura la impulsó a construir un laberinto de piedras, con paciencia y arte, durante medio año.
También autodidacta en webs muy visuales, me ha dejado acompañarla en los procesos de construirlas.