Hoja en blanco, no te tengo miedo
Querida hoja en blanco
No te tengo miedo. Sos un mito. Mirá, ni siquiera sos una hoja, sino una pantalla que simula ser una página.
Es viernes, me pongo aquí y escribo. En directo. Lo que estaré enviando en diez minutos.
Mucho más miedo le tengo a esa vocecita crítica que me dice que alguien más se dará de baja de esta lista.
La venzo. Le respondo que también ha habido remitentes alentadores, con mensajes que me iluminaron el día. Y reconozco la valentía de otras que me han dicho que no entendían lo que quería escribir, pero que me seguían leyendo.
Mucho más miedo le tengo a las distracciones, a la procrastinación, a las tareas domésticas y laborales que me llaman con sus voces de sirenas.
Cual Ulises sigo hacia mi Ítaca. Cual Penélope continúo tejiendo. No caeré bajo tus garras lavadora. Me importas un pepino declaración trimestral. Video por editar, en una hora estoy contigo. Clienta ansiosa por contratar mis servicios, no te preocupes, esta tarde miramos agenda.
Mucho más miedo le tengo a esa fantasía sobre mí misma y el éxito que me susurra grandezas tan difíciles que no hay por donde empezar.
Me repito eso de todo empieza con un paso y me convenzo de que este texto, de alguna manera retorcida, va hacia alguna versión de esa yo del futuro. Ahora, ahora, ahora, me alienta Eckhart con su sonrisa enigmática de Gioconda.
Ya ves, hoja en blanco, pantalla muda, rectángulo vacío. No me das miedo.
He vencido molinos de viento más rudos.
Al fin y al cabo, si no estuvieses en blanco no tendría dónde escribir.
un abrazo
Andrea